“Cuestión de sangre”: Batalla legal y cultural
Cuestión de sangre (Stillwater) está protagonizada por Matt Damon, Abigail Breslin y Camille Cottin. La historia entronca ciertas similitudes con el caso de Amanda Knox, salvando las distancias en la naturaleza criminal y el final. Además, fue dirigida por Tom McCarthy, creador de La voz más alta (2019) y director de la ganadora de dos Oscar, Spotlight (2015). Estreno en salas de cine españolas el 13 de agosto.
Sinopsis
Bill Baker (Matt Damon) es un rudo operario de una plataforma petrolera estadounidense que viaja a Marsella para visitar a su hija, en prisión por un asesinato que afirma no haber cometido. Lejos de casa, las cosas no serán nada fáciles para un padre dispuesto a todo para demostrar la inocencia de su hija.
La sangre ciega
Cuestión de sangre (Stillwater) cuenta con Matt Damon –Le Mans ’66 (2019), Marte (2015), Invictus (2009)- como el vehículo para contar esta historia, Damon interpreta a Bill Baker, un rudo estadounidense operario de una plataforma petrolífera de Oklahoma cuya hija es acusada de asesinato y encerrada en Marsella.
Alison, su hija, está interpretada por Abigail Breslin –Agosto (2013) o La decisión de Anne (2009) o Pequeña Miss Sunshine (2006)-. La joven Allie durante su viaje de estudios a Marsella conoció a Lina, cultural, religiosa y económicamente diferente a ella. Tras el brutal asesinato de Lina, sobre Allie recae un juicio mediatizado con un tono de rechazo -quizás por ser extranjera, lesbiana o por mujer- y es condenada a nueve años en prisión.
Tras cinco años de condena, la aparición de un rumor hará que Bill, este patoso y desastroso padre, se traslade a Marsella donde rehaga su vida y también se tope con una decisión moral entorno al crimen de sangre. Damon y Breslin como padre e hija tienen escenas duras y emotivas pues se han distanciado pero son lo único que tienen, ya que esta relación en ruinas continuará con altibajos. Cada uno emprende un camino personal donde deben reconocer sus actos y vivir con ellos. O quizás no.
Demasiado… ¿estadounidense?
La batalla legal por la libertad de Allie pronto se convertirá en una batalla cultural entre Estados Unidos y Francia. Ya que Bill se encuentra en Marsella como pez fuera del agua, perteneciente a ese Bible Belt o Cinturón de la Biblia donde la moral religiosa tiene un fuerte arraigo, se trabaja la tierra y la vida es difícil. Matt Damon interpreta a este creíble Bill, posible votante de Trump, que cuenta con la ayuda de una actriz de teatro y su hija, ambas francesas, que serán clave para el crecimiento de Bill.
Cuestión de sangre no es lo que podría esperar el espectador, la cinta no muestra el proceso judicial, la investigación o la narrativa de los medios. La película es Bill Baker, el cambio de su mirada, las segundas oportunidades y cómo este padre lucha por lo que cree justo, la verdad de su hija. También se aborda el proceso de Allie mediante pequeñas conversaciones con su padre, la joven cambia la esperanza de salir de la cárcel por la aceptación de su destino sin rencor ni vergüenza.
En la parte final la película cambia el tono y el sentido al incluir una acción que desencadena el desenlace. La sensación final es de una drama diferente, con momentos emotivos, hoscos y también cálidos entre el personaje de Matt Damon con esas dos familias y miradas que mantiene. Así va perdiendo cierto ritmo conforme va deshilachándose el nudo.
Lo mejor: Matt Damon
Matt Damon ha creado todo un personaje con Bill Baker sin caer en la sátira al interpretar tan abiertamente un estereotipo, tampoco pierde esta esencia cuando Bill se adapta a la vida en Marsella. Los momentos paternales que Damon crea con Abigail Breslin tienen una emotividad compleja, es creíble este quiste de rencor y auto identificación nutrido a lo largo de años. Ojalá hubiera más escenas sobre Allie y su proceso espiritual, aunque eso sería otra película que ya se ha visto.
Fuente: Alba Puerto Martín, de Cinemagavia