Básculas Blanco, una empresa de producción de balanzas industriales en una ciudad de provincias, aguarda la visita de una comisión de la que depende la obtención de un premio local a la Excelencia Empresarial: las cosas deben ser perfectas para ese momento. Sin embargo, todo parece confabularse en contra. En el poco tiempo del que dispone, Blanco (Bardem) intenta devolver a su empresa el equilibrio perdido: trata de resolver los problemas de sus empleados, cruzando para ello todas las líneas imaginables.

Cuídate del paternalismo del jefe

Cuando tu jefe te expresa, con tono condescendiente, que la empresa es una gran familia y que formas parte de ella, tiembla.

Julio Blanco (Javier Bardem), es el dueño de la fábrica Básculas Blanco, heredada de su padre. Le gusta tenerlo todo controlado, incluida la voluntad de sus empleados. No tendrá escrúpulos a la hora de despedir a quien él ya no considere necesario.

En una de las paredes de su despacho, cuelgan numerosos premios y distinciones de los cuales siente un gran orgullo. Sin embargo, hay otro que desea obtener por encima de todo, el de la excelencia empresarial, que está a punto de concederse. Para ello, una comisión del Gobierno Provincial está prevista que visite las instalaciones.

El Buen Patrón muestra los inoportunos problemas que irán surgiendo durante un par de semanas, a la espera de tan esperada visita. Tratará de resolverlos a medida que surgen, provocando una serie de cómicas situaciones, algunas, y dramáticas otras.

La ley de ‘Murphy’

De todos es conocida la famosa frase “si algo puede salir mal, saldrá mal”. Y parece que al implacable jefe todo se confabula en su contra.

Intentando resolver todos los contratiempos, El Buen Patrón procurará conseguir el equilibrio, algo en lo que posee mucha experiencia. Al mismo tiempo que se van descubriendo las perversas artimañas de las que es capaz, también refleja a una clase trabajadora que debe obediencia al jefe. Las pésimas condiciones laborales. Un retrato con resignación y humor de la sociedad española en la actualidad.

La horma de su zapato

Mujeriego y machista, manipulador e hipócrita, seguro de si mismo, no sospechará que una jovencita becaria pueda llegar a burlarse de él.

La ingenuidad y fresca belleza de una becaria, Liliana, interpretada por Almudena Amor, le pondrá en un serio aprieto. No se debería subestimar a nadie si no se quiere correr el riesgo de llevarse alguna sorpresa.

Conclusión de ‘El Buen Patrón’

Divertida y mordaz comedia dramática en la que Javier Bardem borda el papel de empresario deleznable. Se podría decir que es la otra cara de la moneda del personaje que interpretó en Los lunes al sol, dirigida también por Fernando León de Aranoa.

Los brillantes e inteligentes diálogos de El Buen Patrón provocan sonoras carcajadas y son fácilmente reconocibles esos prototipos que abusan de su poder.

Una extraordinaria radiografía social no exenta de sarcasmo, pero que lejos de incomodar produce una simpática y agradable sensación.

A destacar el delicado trabajo de la música de Zeltia Montes, valorado por el propio director durante la rueda de prensa en el Festival.