«Extraña forma de vida»: Almodóvar en el Oeste
Tras su primer film en inglés (La voz humana) Pedro Almodóvar vuelve a rodar en su lengua no-materna, deconstruyendo el western con este mediometraje que llegará a salas el viernes 26 de mayo.
Una cuenta pendiente
Hace casi dos décadas que Pedro Almodóvar rechazó dirigir la exitosa Brokeback Mountain, un drama homosexual ambientado en un rancho estadounidense cuya dirección recayó sobre las manos de Ang Lee. Ganadora de varios premios Oscar y protagonizada por el tristemente fallecido Heath Ledger y Jake Gyllenhaal, la barrera idiomática fue lo que echó para atrás al director manchego. Hoy vuelve con Extraña forma de vida, un western romántico que se revela como una respuesta a la película de 2005.
“Ellos eran ganaderos” puntualiza el autor de grandes éxitos del cine español como Todo sobre mi madre o Hable con ella al hablar de los personajes de Ledger y Gyllenhall. Y es que el nuevo mediometraje de Almodóvar es un tributo al western clásico, una película de vaqueros de temática gay que se aleja del dramatismo sesentero de la película de Lee y que busca subvertir las reglas de un género tremendamente masculino al tiempo que tradicionalmente heteronormativo.
Impulsado por una propuesta de Anthony Vaccarello y Saint Laurent, Pedro rescató del cajón uno de los múltiples esbozos que guarda, retazos de proyectos que nunca llegaron a realizarse pero que, bien archivados, sirven para continuar con una carrera ecléctica pero coherente, en la que se ha esforzado mucho por mantener su independencia y su sello autoral.
Extraña forma de vida es, curiosamente, su primera incursión en el western, algo que resulta lógico y casi inevitable si tenemos en cuenta la forma en que Pedro conoce y adora los géneros clásicos de la historia del cine.
Peeedrooooo
Almodóvar no necesita demasiada presentación. Es posiblemente el director español que más éxito ha tenido en Hollywood, el más conocido y de estilo más reconocible. Desde que triunfase en los Oscar con Todo sobre mi madre y Hable con ella, el director se ha convertido en una figura ineludible a la hora de hablar de los grandes autores mundiales, además de en toda una autoridad en el terreno del melodrama.
Quizá lo más curioso de su nuevo proyecto sea que, al igual que ocurrió con La voz humana (adaptación de Cocteau que rodó junto a Tilda Swinton) Pedro ha querido volver a rodar en inglés (esta vez junto a Ethan Hawke y Pedro Pascal) con la intención de acercarse lo máximo posible en tono y forma al género de vaqueros en el que pretende moverse.
Tras proyectos autobiográficos y autorreferenciales como Dolor y gloria, Almodóvar vuelve a demostrar que si algo le sobran son ideas y que mientras tenga la oportunidad de producirlas como él quiera, con su propio estilo y su particular voz, seguirá aventurándose en nuevos terrenos con su histriónica, afilada y emotiva forma de narrar.
Recibimiento
Almodóvar acaba de pasar por Cannes para presentar Extraña forma de vida, donde ha sido muy bien recibida. Se dice que su forma de reinventar el western, a través del conocimiento de sus códigos, mantiene la esencia de su cine, loco, ardiente de pasión y con fuerte sentido de la performance. Su nuevo mediometraje es una pequeña píldora de amor demente almodovariano llevado a cabo por dos intérpretes a la altura y aderezado por la magnífica música de Alberto Iglesias. Además es, sobre todo, una cuenta saldada en forma de homenaje a uno de los géneros más importantes de Hollywood.
Este viernes 26 de mayo el nuevo mediometraje de Almodóvar llegará a salas comerciales.