«Un novio para mi mujer»: romper nunca es fácil

Un novio para mi mujer, la nueva comedia de Laura Mañá, llega a nuestras salas el viernes 22 de julio.

Nuevamente, un remake

Si la semana anterior se estrenaba la tercera parte de Padre no hay más que uno, saga cuyo concepto partía de una película argentina (Mamá se fue de viaje), este viernes se repite la historia: Un novio para mi mujer es también un remake. La película dirigida por Laura Mañá se basa en la también argentina romcom  de Juan Taratuto, uno de los autores de comedia más exitosos de su país junto a Ariel Winograd.

Si Santiago Segura encontró el éxito acudiendo a la idea de Winograd de que una ama de casa dejase a sus hijos a cargo de un descuidado e inexperto padre, Mañá rescata en pleno apogeo de la ‘responsabilidad afectiva’ y la comunicación entre parejas la dificultad a la que nos enfrentamos a la hora de terminar una relación. La alocada idea de, en vez de hablar las cosas, buscar a un casanova para que seduzca a nuestra pareja para que sea ella la responsable de poner fin a la relación resulta perfecta para un tiempo tan reflexivo como el nuestro en el que la comunicación es algo central a la hora de afrontar la vida en pareja. 

Este concepto desternillante y absurdo ha demostrado ya su fuerza y éxito en cada una de las copias que de él se han hecho. La cinta original de Taratuto cuenta con múltiples imitadores repartidos por el mundo. Desde su estreno en 2008 se han producido remakes de la película en Chile, México, Brasil, Italia e incluso Corea del Sur. El más tardío, el de Mañá, es el sexto de todos ellos. 

Su directora

La realizadora catalana Laura Mañá comenzó su carrera como directora ganando el Festival de Málaga en el año 2000 con su comedia dramática Sexo por compasión. Desde entonces, y al margen de la comedia, sus películas han pivotado entre el thriller y el drama feminista. Suyos son los retratos biográficos para televisión de mujeres icónicas de nuestro país tales como Clara Campoamor, Concepción Arenal y Frederica Montseny. También dirigió Ni Dios, ni patrón, ni marido relato que sigue a la periodista argentina Virginia Bolten, conocida militante anarquista y feminista en su país.

En 2020 ya se acercó también a la comedia romántica que este año recupera con Te quiero, imbécil, una historia que es casi como el reverso de Un novio para mi mujer. Si en esta última su protagonista busca un casanova que seduzca a su mujer para que sea ella quien le deje a él y no al revés, en la primera el novio era abandonado por su pareja justo cuando se disponía a pedirle matrimonio.

El reparto 

La tríada protagonista de Un novio para mi mujer tiene caras bien conocidas. Diego Martín (rostro que siempre remite a la legendaria serie Aquí no hay quien viva) es el novio incapaz de comunicarse con su pareja. Belén Cuesta (La llamada, Paquita salas) hace de su ‘insoportable’ pareja y Hugo Silva (el actor de Los hombres de Paco casi no necesita presentación) interpreta al casanova que trata de conquistarla. 

Los tres se embarcan en esta desventura cómica con la ligereza del cine español que llena las salas: el de las comedias familiares de enredos y desenredos, encuentros y desencuentros de unas situaciones con las que todos, en mayor o menor medida, podemos sentirnos identificados.

Tras Padre no hay más que uno 3, Un novio para mi mujer es una de las comedias del verano. Se estrena este viernes 22 de julio y promete risas tiernas y desenfadadas.

Pablo S. Lucientes