El último largometraje de Rodrigo Sorogoyen se estrena este viernes 11 de noviembre.

Crónica de una muerte anunciada

La nueva película de Rodrigo Sorogoyen parte de una historia real, de un estallido de violencia en el monte gallego. El 19 de enero de 2010, Martin Verfondern fue asesinado de un disparo a quemarropa. ¿El Autor? su vecino Carlos, miembro del clan de los Rodríguez y discapacitado psíquico a causa de una caída. El odio inoculado por su padre que, junto a su hermano, detestaba a muerte la presencia de Verfondern (habitante de origen holandés) le empujó a cometer semejante atrocidad.

De las rencillas rurales, de la tensión del monte con su vida sacrificada, tóxico ambiente rescatado para uso de las energías llamadas “renovables” y abandonado por un éxodo masivo, surgen las líneas perturbadoras del guion a cargo de Sorogoyen y su habitual colaboradora, Isabel Peña. Quizá lo curioso de esta historia, lo que atrajo la atención de ambos, no fuese necesariamente tanto la gratuidad violenta de los sucesos, del rencor injustificado, como la autoconciencia de Martin. El holandés contactó en varias ocasiones con la policía, las autoridades locales y los medios, especialmente El País. Y no solo es que contase su historia de maltrato continuado por parte de los Rodríguez, quisquillosos vecinos de violenta impronta a los que el movimiento de un pelo de Martín producía incontenible rabia, sino que incluso llegó a grabar sus amenazas. De ellas deducía su propia muerte, la cual era capaz de describir incluso indicando el arma que se lo llevaría por delante. Su cruzada era sobrevivir junto a su pareja, Margo Pool, a semejante acoso, aunque, conociendo el odio que le profesaban, quería dejar constancia de que, de pasarle algo, los Rodriguez iban a ser los culpables.

La clarividencia de Martin, su profecía autocumplida, dota a esta historia de una perturbadora aura providencial sobre las ruinas abandonadas de Santoalla donde trabajaba para una soñada vida rural que fue de todo menos plácida.

Sobre seres humanos

Hay en Sorogoyen y Peña, colaboradores asiduos, una intención siempre de alejarse del cine panfletario. Es posible que su cine sea crítico (ahí tenemos El Reino, que denuncia sin tapujos los excesos de la clase política) e inevitablemente social, pero su intención, al menos de entrada, es jugar con sujetos humanos psicológicamente complejos. 

La situación de tensión y rechazo que tuvo lugar en aquella aldea de Galicia es el punto de partida para desentrañar los motivos, humores y vidas de los sujetos que se permitieron el lujo de ser crueles. En As bestas el holandés Martin pasa a ser el francés Antoine porque la intención no es ser fiel a los adornos de la realidad, sino al núcleo del relato: un rechazo al extranjero visceral y violento por parte de quien se cree en potestad de controlar un territorio, además de un ambiente viciado por un mundo rural cada vez más castigado y asfixiante.

Western rural

Tras el thriller policial y político (Que Dios nos perdone, Antidisturbios y El Reino) Sorogoyen ha virado, a su manera, al cine rural, algo muy común en el cine español reciente. Lo suyo sigue siendo, hasta cierto punto, thriller, aunque su trama sea mucho más pura, directa, sin digresiones corruptas o asesinos en serie. As bestas tiene aroma de western sin obviar el lado psicológico y oscuro que el director lleva trabajando desde su primer largometraje, Stockholm.

Para llevar a cabo semejante empresa se ha rodeado de un reparto de escándalo: Marina Foïs, Denis Ménochet, Luis Zahera, Diego Anido y Marie Colomb. Entre ellos destacan la presencia del francés Ménochet (aterrador como marido maltratador en Custodia compartida) y Zahera (impoluto en su podredumbre moral en El reino). Marina Foïs y Marie Colomb dan el contrapunto femenino a una historia violenta de envidia de machos y violencia patriarcal, algo que Sorogoyen se ha encargado de subrayar con la puesta en escena: la parte masculina se nutre de unos travelling más clásicos mientras que la steadycam, más moderna, acompaña el lado femenino del filme.

Recibimiento

As bestas es el primer largometraje de Sorogoyen que es seleccionado para Cannes. Su recepción allí fue entusiasta con críticos que hablan de una obra sólida e incluso de una de las cumbres del cine español de este año. No es de extrañar, pues, que se llevase el Premio del Público al Mejor film europeo en el Festival de San Sebastián y que arrasase a su paso por el Festival de Tokyo.

A partir del viernes 11 de noviembre se podrá ver en cines la esperada nueva película de Rodrigo Sorogoyen.