«El callejón de las almas perdidas»: Un juego de clarividencia frustrado

Nightmare Alley (El Callejón de las almas perdidas) es la nueva película dirigida por Guillermo del Toro que adapta el libro homónimo de William Lindsay Gresham y que, a la vez supone un remake de la película clásica de Edmund Goulding.

La adaptación de Guillermo del Toro se alarga 40 minutos más que el metraje de la cinta original. Además, cuenta en su reparto con Bradley CooperCate BlanchettToni Collette o Rooney Mara. La película se estrena el 21 de enero de 2022 en los cines españoles.

Nightmare Alley (Callejón de las almas perdidas)

Sinopsis

Cuando el carismático pero desafortunado Stanton Carlisle (Bradley Cooper) se gana el cariño del clarividente Zeena (Toni Collette) y su marido mentalista Pete (David Strathairn) en un carnaval ambulante, crea un boleto dorado al éxito. utilizando este conocimiento recién adquirido para engañar a la élite adinerada de la sociedad neoyorquina de la década de 1940. Con la virtuosa Molly (Rooney Mara) lealmente a su lado, Stanton planea estafar a un peligroso magnate (Richard Jenkins) con la ayuda de una misteriosa psiquiatra (Cate Blanchett) que podría ser su oponente más formidable hasta el momento. (Searchlight Pictures)

El regreso de Guillermo del Toro

Tras su última película, La forma del AguaGuillermo del Toro se pone a la dirección de una nueva película, esta vez Nightmare Alley, un remake y adaptación de la película y la novela homónima. Son unos tiempos donde la melancolía de los espectadores parece ser un producto a explotar por parte de las productoras, y las salas de cine se llenan de propuestas melancólicas, algunas mejores que otras.

La versión de Nightmare Alley (El callejón de las Almas Perdidas) de Guillermo del Toro reluce en el apartado del diseño de producción y vestuario. Quizás lo más destacable de la cinta. El trabajo realizado es increíble, y visualmente la película es una maravilla y logra sumergirte con creces en el maravilloso mundo del espectáculo. A nivel fotográfico los escenarios interiores están llenos de misterio, irrealidad y seducción, y el juego de luces es fantástico. Algo que se contrapone con la fotografía exterior, algo más pobre, fría y ausente de magia una vez que desaparece la noche.

Bradley Cooper

Cambios notables

Sin ver la nueva versión de Nightmare Alley ya se observa una diferencia en el metraje de las dos historias. Guillermo del Toro alarga el relato en 40 minutos para ofrecer un guion que mezcla tanto aciertos como desaciertos a la hora de presentar su nueva versión.

De los mayores aciertos del guion es la búsqueda de dar mayor identidad y significado a ciertos espacios de la cinta, como el escenario del desenlace de la historia. Asimismo, el cambio de tonalidad en algunos personajes ofrece un juego distinto, y también funciona. Sin embargo, el mayor problema reside a la hora de marcar las anticipaciones en el guion, estas se realizan de forma burda y repetitiva. Asimismo, la agilidad de la historia se ve frustrada, y peca de un ritmo demasiado plomizo que acaba perjudicando su disfrute.

Además, el intento de dar mayor trascendencia al personaje principal no termina de cuajar, y eso acaba finalmente jugando en su contra.

Nightmare Alley

Personajes y cambios en el carácter

Guillermo del Toro ha reunido a un gran cast para esta nueva adaptación. Entre ellos se encuentra Bradley Cooper personificando a Stanton Carlisle, a Cate Blanchett como la Doctora Lilith Ritter, a Rooney Mara como Molly y a Toni Collette interpretando a Zeena The Seer, entre otros.

En estas nuevas interpretaciones de distintos personajes podemos apreciar distintos matices a la vez que se difuminan otros. Personalmente, Cate Blanchett está reluciente en su personaje, seductora, juguetona y tramposa, perdiendo cierta inocencia de la interpretación original. La actriz da con precisión a todas las teclas de piano para ofrecer una gran melodía a esta composición.

Sin embargo, Bradley Cooper como protagonista tarda más en encontrar su lugar, su interpretación se desvirtúa demasiado al juego seductor como arma principal. Esto no es un error, pero para mí acaba por desvaluar a su personaje. Tyrone Power, el actor original, engatusaba al espectador por su carisma y esto le acababa haciendo seductor. No obstante, el actor de Ha nacido una estrella tarda en dejarse ver carismático, y cuando lo hace es de forma pobre.

Por su parte, Rooney Mara se queda en un segundo plano aun cuando no debe de estarlo y da la sensación de no estar integrada totalmente en la narrativa. Por su lado, Toni Collette realiza un buen trabajo, y en esta versión su personaje consigue más tiempo en pantalla, algo que se agradece y resulta oportuno.

Bradley Cooper

La magia de Nightmare Alley

De lo mejor del relato original es que el espectador acudía a un continúo espectáculo de ilusionismo a pesar de creer estar al tanto de las falacias del relato. Era rápida, oscura, vertiginosa, carismática y mística. Guillermo del Toro con Nightmare Alley mantiene esa trama de ilusionismo y engaños, pero lo hace con menos efectividad.

Hay una irritante pesadez en algunas escenas, y la cinta acaba siendo un tractor que de vez en cuando se atasca con alguna piedra. A pesar de ello, en un par de escenas el director y la atmósfera creada llegan a su culmen y te absorben hipnotizándote por la magia y el ilusionismo que derrochan, acabas impregnado por la esencia de la escena debido a la seducción, el cuidadoso uso de sonido, las respiraciones, la tensión y el engaño. Sin embargo, son muy pocas las veces que esto ocurre, y en general es una experiencia que te deja incompleto.

Nightmare Alley (El callejón de las Almas Perdidas)

Conclusión de ‘Nightmare Alley’

Nightmare Alley (El callejón de las Almas Perdidas) de Guillermo del Toro acaba siendo una experiencia que deja insatisfecho a pesar de su deslumbrante puesta en escena y del delicado uso del sonido y de la luz en varias escenas. Su principal error ha sido construir un guion que acaba siendo plomizo en algunos aspectos al cargar demasiado las escenas, y no construir los antecedentes con la misma delicadeza con la que se incorporan otros elementos de la dirección.

Además, Bradley Cooper pierde un poco el tono carismático, perdiendo así frescura en muchas de las escenas. Asimismo, el nivel de presencia de algunos personajes es irregular, y no se ha logrado el debido equilibrio para una completa integración, que era lo que se debía de buscar.

 

Fuente: Javier Atienza, de Cinemagavia.