«La Voluntaria»: el drama del mediterráneo
Partiendo de su experiencia personal en un campo de refugiados, Nely Reguera afronta su segundo largometraje con el tono tragicómico de su ópera prima María (y los demás). La directora consigue con La voluntaria acercarse a un tema complicado (el de los refugiados) con una mirada crítica y ambigua. Aunque deja espacios para la comedia, que aparece en los desencuentros que se conjugan entre sus dos protagonistas (interpretadas respectivamente por Carmen Machi e Itsaso Arana), Nely es tremendamente crítica con el complejo de ‘white savior’ de los europeos. La historia de una doctora jubilada que decide irse de voluntaria a un campo de refugiados en Grecia le permite hablar sin tapujos de las contradicciones de la ayuda humanitaria.
La película, que formó parte de la Sección oficial del Festival de Málaga y llega a salas este 10 de junio, ha sido muy bien recibida por la crítica, en especial por la actuación de su protagonista (Carmen Machi) de la que la crítica de cine Beatriz Martínez llegó a decir que emocionaba por su “humanidad”.
La voluntaria se aleja de los tonos aleccionadores del cine social. No es un relato didáctico, con buenos y malos, que te dice lo que es correcto o incorrecto, sino uno ambiguo, que se enfrenta a la compleja situación de aquellos que se encuentran en un limbo, así como a las pretensiones de unos europeos inconscientes de todos los impedimentos burocráticos que a la ayuda imponen las relaciones internacionales.
Una cinta madura y honesta, que parte de una experiencia personal, y que aboga por mirar los problemas del mundo con la complejidad que realmente tienen, huyendo de todo idealismo utópico y manteniendo los pies del espectador en el suelo.
Pablo Sánchez Lucientes