“Pearl”: La lucha incansable de una mujer

Llega a España Pearl (2018), primer largometraje de Elsa Amiel (conocida por los cortos Faccia d’Angelo y Ailleurs Seulement). Se estrenó en 2018 en Francia y fue nominada a dos premios: uno en el festival de Sevilla en 2018 y Julia Fory luchó por el de mejor actriz en los Premios del Cine Suizo en 2019. Estreno en salas de cine españolas el 10 de septiembre de 2021.

Pearl (2018)

Sinopsis

Músculo, sudor y sacrificio. Faltan 48 horas para el campeonato mundial de culturismo, para el que Léa Pearl ha entrenado duramente bajo la pedregosa mano de su entrenador Al (Peter Mullan), mentor y antigua estrella del bodybuilding que cuida celosamente de ella, con la esperanza de que su “perla” le devuelva las luces del escenario. A pocas horas de la final a Léa le asaltan las sombras del pasado: su ex pareja reaparece trayendo consigo al hijo de ambos, de seis años que Léa lleva cuatro años sin ver. (Surtsey Films)

¿Hobby u obsesión?

Pearl (2018) nos presenta a una mujer cuyo objetivo es ganar el campeonato mundial de culturismo y lleva años preparándose para ese momento. A lo largo de la película vemos todo lo que ha tenido que dejar atrás para poder conseguirlo. Una de esas cosas que abandonó fue la maternidad, y no precisamente el deseo de ser madre, sino que literalmente abandonó a su hijo.

El día que Léa Pearl llega junto a su entrenador al centro donde se va a celebrar la competición, se encuentra con su ex, que ha ido con su hijo para pedirle un favor. Ya vemos prácticamente desde el primer minuto que Léa está batallando en su interior, aunque desde el momento en que se encuentra con su hijo, esto se evidencia mucho más.

Pearl 2018 Elsa Amiel

Objetivos, profesionalidad y feminidad

En Pearl vemos mucho más que la lucha de Léa para ser la mejor. La película nos presenta todo lo sórdido y oscuro de ese mundo a través de personajes como Serena, caracterizado por Agata Buzek. Serena nos muestra la imagen de una persona completamente obsesionada con estar arriba siempre, no importa el tiempo que pase y lo que se destroce a sí misma. También refleja todo esto con diálogos de algunas competidoras hablando de cuerpos y hábitos de otras (no llega a quedar claro si con admiración o envidia).

Otro personaje que nos lleva de la mano a pensar que cuando un hobby o proyecto lo llevas a la obsesión se convierte en algo totalmente dañino es el entrenador de Léa. Por cómo trata a su alumna, por cómo la medica (incluso dándole pastillas para retirarle la menstruación). Y también por cómo se comporta él a espaldas del resto. Se nota que echa de menos sus años en la competición y traslada su ¿fracaso?, ¿frustración? a quien está con él.

En la película encontramos una fortísima crítica a la feminidad. Nos muestra a través de varios personajes femeninos cómo tienen que renunciar a cualquier atisbo de feminidad para conseguir la meta de ganar esa competición (y no, no es renunciar al maquillaje). ¿Se podría extrapolar a cualquier otra profesión? Es algo que no responde el visionado de esta película, pero creo que el tono invita a muchas reflexiones, y sin duda suscita esa.

Pearl

El valor de la música en Pearl

Algo que hay que destacar mucho de la película es la fuerza y peso que tiene la banda sonora en todas las escenas. Y ya se empieza a notar que va a ser importante desde la primera. Esa ausencia de sonido para dejar que solo se oiga la respiración de la protagonista y, de repente, en el cambio a la segunda aparece con toda su magnificencia… es sencillamente espectacular.

En definitiva, Pearl (2018) es una película llena de matices a descubrir y que no debería pasar desapercibida.

 

Fuente: Nieves Villalón Peralbo, de Cinemagavia.