«Queso de cabra y té con sal»: sonido y sabor de las raíces

Este viernes 28 de octubre llega a nuestras salas Queso de cabra y té con sal, la última película de Byambasuren Davaa

Neocolonialismo en la estepa mongola

Es un hecho probado que Mongolia es cada vez más dependiente de sus explotaciones mineras. De hecho, un 30% de su PIB corresponde a este sector, del que las empresas locales no son prácticamente responsables. La mayoría de los recursos minerales del territorio están en manos de empresas extranjeras, las cuales las explotan desde fuera afectando al ecosistema y haciendo imposible una vida de campo, muy tradicional en Mongolia.

Queso de cabra y té con sal es una película que retrata este contexto de impotencia, de gentes desgarradas de su tradición y sus costumbres. La familia protagonista, cabrera y comerciante de quesos, vive una vida sencilla en contacto con la naturaleza haciendo frente a las inclemencias del nuevo modelo minero y extranjero. Este tema, el de la familia, la tierra, el cultivo, el trabajo y los frutos que se obtienen a través él para la supervivencia, ha atravesado el cine de los últimos años. No nos es ajeno aquí en España, donde el éxito de Alcarrás nos recuerda con nostalgia otro modelo de vida, caduco por las circunstancias; por una globalización mecanizada que busca más el rédito que la coexistencia con el hábitat. Hermana de la cinta catalana es también Utama, cinta boliviana que pasó por el Festival de Málaga recogiendo varios premios. Y es que ya sea en el altiplano boliviano, en la franja de Alcarràs o en la estepa mongola, lo cierto es que la pérdida de los núcleos rurales y los asentamientos naturales en favor de las ambiciones de las grandes empresas internacionales es una preocupación que atraviesa fronteras.

Byambasuren Davaa

Queso de cabra y té con sal es la última película de la que seguramente sea la directora más importante de su país. Byambasuren Davaa, estudiante de derecho y dirección de cine, se posicionó ya en 2003 como una de las más exitosas figuras de la industria cinematográfica de Mongolia. El camello que llora, su ópera prima, estuvo nominada a Mejor Documental en los premios Oscar. Desde entonces su cine ha tenido un fuerte vínculo y compromiso con su país, como se puede comprobar en sus siguientes largometrajes: El perro mongol y Los dos caballos de Genghis Khan. Más de lo mismo se puede decir de su última película, en la que, además, los niños tienen una posición central como desheredados de las costumbres de sus padres. La experiencia de haber trabajado como presentadora de programas infantiles, así como sus estudios de cine documental realizados en Munich, le otorgan, aparte de financiación europea, una perspectiva única a la hora de captar los movimientos de los más pequeños y el paisaje mongol.

Recibimiento y galardones 

El impacto de sus paisajes, su atención a los niños, su defensa de las tradiciones y la canciones populares y, en definitiva, su belleza y ternura han sido algunos de los aspectos que los críticos han destacado de la película. Además, los Premios del cine Alemán la han reconocido como Mejor film infantil, demostrando que, aun con la madurez de sus temas, la película se las arregla para cautivar a todos los públicos.


Para los niños, los nostálgicos de las canciones populares y los amantes del campo y las tradiciones, llega este viernes 28 de octubre a cines Queso de cabra y té con sal.